El Gobierno está esperando que Rabat utilice los cauces
diplomáticos habituales para hacer llegar a Madrid una respuesta
oficial en la que se garantice que Marruecos no reocupará Perejil
cuando las tropas españolas abandonen el islote, después de que el
ministro de Exteriores del país magrebí, Mohamed Benaissa,
anunciara verbalmente su promesa de que no se retomará el islote si
el ejército español se va de allí. El vicepresidente primero del
Gobierno, Mariano Rajoy, aseguró que el Ejecutivo quiere llevar las
cosas seriamente y, por lo tanto, espera una respuesta oficial
sobre el asunto para llegar a un entendimiento con «la mayor
celeridad posible».
Rajoy manifestó que ahora es el momento de mantener
conversaciones a nivel diplomático para lograr un objetivo «justo y
equitativo» y llevar las cosas a la situación anterior al 11 de
julio. No obstante, el ministro pidió también «dar tiempo al
tiempo» y esperar la respuesta oficial por parte de Marruecos «a
través de los cauces establecidos y usuales en Derecho
Internacional y las relaciones entre países».
Para el vicepresidente, la solución a la crisis es una cuestión
que deben abordar directamente España y Marruecos y para la que no
se necesitan mediadores. «Nosotros manifestamos nuestra plena
disposición a resolverlo sin necesidad de que se produzcan
intervenciones por parte de nadie», declaró. Eso sí, recordó que
todos los países europeos han entendido la posición de España que
ha actuado, dijo, como un país «serio, sensato y cargado de razón».
«El Gobierno se siente muy apoyado y reconfortado por la hasta
ahora única declaración de los Quince de respaldo a la tesis de
devolver al islote el statu quo y mientras no haya otra
manifestación de la UE esa es la que vale», dijo.
Lo que sí parece claro es que España y Marruecos podrían acudir
al Tribunal Internacional de Justicia de La Haya, principal órgano
judicial de Naciones Unidas, si no consiguen resolver sus
diferencias sobre la soberanía del islote de forma bilateral. No
obstante, la intención de Bruselas es que se intente arreglar el
conflicto entre los dos estados porque los procesos de La Haya son
largos y además la Comisión Europea no ha sugerido un papel
mediador.
En el plano internacional, parece que ni el presidente del
Gobierno, José María Aznar, ni su homólogo estadounidense, George
W. Bush, han mantenido contacto alguno ni antes ni después de la
operación militar en Perejil. Las conversaciones se remiten al
Departamento de Estado desde el que Colin Powell se comunicó con
España y Marruecos para saber novedades. En estas circunstancias,
los marroquíes sólo han hecho promesas de no reocupar del islote
pero no una nota oficial. Lo que sí han dicho es que no se sentarán
a hablar con España mientras los militares españoles estén en
Perejil. Algunos colectivos en Marruecos se muestran más radicales.
El Partido Liberal ha pedido la «recuperación» de Ceuta y
Melilla.
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