El portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, compareció ante la sede bilbaina.

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E.PRESS-BILBAO/PAMPLONA El portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, manifestó ayer que el auto del juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, por el que ilegaliza las actividades de la plataforma abertzale, no les coge por sorpresa y realizó un llamamiento a la juventud «para que defienda a su pueblo». A su juicio, «este auto lo escribe Aznar, el Estado español y lo firma Garzón. Era esperado y esperamos nuevas ofensivas, pero lo hacemos con serenidad y naturalidad, buscando una salida democrática y seguiremos aquí hasta la independencia».

Otegi compareció ante la sede bilbaina de Batasuna, donde se concentraron 50 simpatizantes con pancartas, a la espera de que la Ertzaintza acuda a clausurar el local. Los abogados de la formación han recibido el auto y estudiarán los posibles recursos. Por su parte, el dirigente dijo que él aún no lo ha leido, por lo que no pudo adelantar nada sobre el mismo. Para el dirigente de Batasuna, se ha consumado la ilegalización «de facto». «Es la crónica de una ilegalización anunciada, no nos pilla por sorpresa y hoy los neofranquistas están haciendo la contrareforma, lo que el general diseñó: una democracia vigilada, de recortes, que impida al pueblo vasco decidir en libertad», afirmó.

En este punto, precisó que por encima de la ilegalización, seguirán trabajando organizados «para que se abra un nuevo escenario en este país». «España es un régimen autoritario bananero, que sólo sabe responder con más policía y más represión», señaló, al tiempo que hizo un llamamiento a la juventud vasca «para que defienda su pueblo». «Euskal Herria va a ser el Estalingrado político del fascismo español y eso lo vamos a ver», advirtió. El dirigente abertzale justificó la presencia de los dirigentes y simpatizantes en sus respectivas sedes porque, según dijo, «no está en juego Batasuna, sino la dignidad nacional», por lo que reiteró el llamamiento a la lucha por la soberanía «ante una agresión más». Tras conocer la decisión, se sucedieron los incendentes entre los simpatizantes de Batasuna. Fue el caso de un grupo de cuatro encapuchados que atacó un autobús en San Sebastián.

A última hora de ayer, la Policía Nacional desalojaba la sede de Batasuna en Pamplona, en la que permanecían una veintena de simpatizantes, dirigentes y cargos de la organización, sin que hubiera incidentes.