Ni los bajos precios que han alcanzado los grandes valores, ni la
decisión de la OPEP de mantener la producción de petróleo fueron
ayer suficientes motivos para que se viera una subida en la Bolsa
española, que ya acumula seis caídas seguidas, y no parece que las
cosas vayan a cambiar. Al cierre, el selectivo del mercado
continuo, el Ibex-35, perdía el 1'46%, y la Bolsa de Madrid
descendía el 1'38%, con lo que marcaban nuevos mínimos anuales y
retrocedían hasta los niveles de mediados de 1997.
En la apertura de la sesión, los inversores parecían decididos a
que la bolsa española cerrara en positivo, tras cinco días de
caídas, pero el escaso ímpetu de las plazas europeas acabó con los
buenos augurios y llevó a los índices de nuevo a los números rojos,
que se acentuaron con la apertura a la baja del Dow Jones. La
decisión de la OPEP de mantener la producción de petróleo, pero con
la advertencia de que si hay guerra podría cambiar esta decisión,
añadió, si cabe, más incertidumbre en el mercado, en el que también
pesó el anuncio de que el fraude contable de la compañía
estadounidense Worldcom será superior al conocido hasta ahora.
Con estos factores y nuevos anuncios de grandes compañías
americanas de que a final de año no conseguirán los resultados
esperados, más caídas del real brasileño y las pesimistas
previsiones del Banco Central Europeo (BCE) sobre la recuperación
de la economía de la Eurozona, la sesión no podía terminar de otra
forma. Por ello, Telefónica perdió el 0'60 por ciento, el Santander
Central Hispano descendió el 2'17 por ciento, el BBVA cayó el 3'37
por ciento y Endesa se dejó el 3'95 por ciento.
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