El Gobierno y el PP apelaron ayer al Plan de Vivienda 2002-2005
para defender su política en esta materia, mientras la oposición
formuló nuevas propuestas que detengan la subida de precios y
puedan facilitar el acceso de los jóvenes y a las rentas menos
favorecidas. El Ejecutivo, tras las declaraciones de ayer del
ministro de Fomento, Francisco Alvarez-Cascos, en el sentido de que
esta subida es consecuencia de la mejora de la renta de los
españoles y de la fuerte demanda, ayer encontró el apoyo del
ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, quien declaraba que los
precios actuales son consecuencia del nivel del poder adquisitivo
de los españoles.
Sin embargo, el vicepresidente segundo del Gobierno y ministro
de Economía, Rodrigo Rato, aseguró ayer que la vivienda es, para la
mayor parte de los españoles, «su principal y única inversión», y
que dedicar el 60 por ciento de la nómina de un trabajador a pagar
la hipoteca de su casa «es una cifra muy importante, sin lugar a
dudas, que tiene que ver, en parte, con el precio de la
vivienda».
La oposición, con el secretario general del PSOE, José Luis
Rodríguez Zapatero, que ha enumerado una serie de propuestas, y con
el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, que pidió un pacto
preelectoral de la izquierda, ha criticado con dureza el análisis
de Alvarez-Cascos y se ha hecho eco de las últimas valoraciones de
los consultores y agentes del sector inmobiliario sobre aumentos
del precio de la vivienda entre el 15 y el 20 por ciento.
El Pleno del Congreso centró ayer, en la sesión de control al
Gobierno, buena parte del debate sobre esta cuestión con una
batería de cinco preguntas dirigidas a Alvarez-Cascos. En esta
sesión de control, el ministro justificó sus declaraciones
aduciendo que las familias españolas prefieren dirigir sus ahorros
a la vivienda antes que a la Bolsa, lo que explica el aumento de la
demanda.
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