El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, anunció ayer que dejará ese
cargo antes a finales del próximo año, una decisión que calificó de
irrevocable. Mucho antes de que llegue esta fecha, su partido
tendrá que clarificar su relación con EA.
Arzalluz aseguró que no cierra la puerta a una nueva coalición
entre los dos partidos nacionalistas, pues advirtió que sería un
fracaso no reeditar un acuerdo que permitió a Juan José Ibarretxe
revalidar la victoria en las elecciones autonómicas de 2001.
Arzalluz no permanecerá otros cuatro años al frente del PNV, por
lo que abandonará la Presidencia a finales del próximo año. Según
explicó, el lehendakari no le ha pedido que continúe. «Ibarretxe no
me necesita», dijo, aunque admitió que algunos nacionalistas sí se
lo han pedido. «Que hay gente que me dice 'tienes que seguir', pues
sí, claro, cada uno tiene sus fans, pero yo termino ya el ciclo»,
explicó.
Esta misma decisión es la que tomó hace cuatro años. Entonces
decidió reconsiderar su postura porque José Antonio Ardanza también
dejaba al mismo tiempo de ser lehendakari y la gente del partido
consideró que «la sustitución de dos referentes al mismo tiempo» no
era aconsejable. «Y yo fue débil y me dejé convencer, pero esta vez
no me dejaré convencer», advirtió el dirigente nacionalista.
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