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EFE-FRANKFURT
El Banco Central Europeo (BCE), con una bajada de medio punto de los tipos de interés aplicada ayer, está dispuesto a contrarrestar los riesgos a la baja del crecimiento en la eurozona y a insuflar confianza en el entorno económico. El banco emisor colocó el precio del dinero en el 2,75 por ciento, sólo un cuarto de punto más que el mínimo histórico del 2,50 por ciento de abril de 1999, pero aún 1,5 puntos superior a las tasas que fijó la Reserva Federal norteamericana, que ha seguido una política monetaria más agresiva que Europa para relanzar la economía.

El presidente de la entidad emisora, Wim Duisenberg, explicó en la rueda de prensa mensual que la primera reducción de las tasas del BCE en trece meses obedece al descenso de las presiones inflacionistas en el área, observado recientemente, y a la desaceleración económica confirmada por las estadísticas comunitarias ayer. En el peor de los casos, estas previsiones auguran una contracción del 0,2 por ciento de la economía de la zona euro en el primer trimestre de 2003.

«Las tensiones geopolíticas con potenciales repercusiones para el precio del petróleo, la evolución de los mercados financieros, la desaceleración de la economía mundial y el persistente desequilibrio global son todos ellos factores que pesan negativamente sobre la confianza y tienen efectos negativos sobre el consumo en el área euro», dijo el banquero holandés.

Justificó el retraso de un mes en reducir los tipos en la necesidad de preparar bien a los mercados para esta medida y describió un escenario internacional bastante sombrío. La decisión de hoy había sido anticipada por la mayoría de los observadores y los mercados financieros, pese a algunas reticencias en el seno del órgano rector de la entidad a ceder a las presiones de países con un bajo crecimiento económico, como Alemania, que está rozando la recesión, y que requiere un precio bajo del dinero.