A la hora más o menos prevista, las tres de la tarde, llega la
expedición del Govern al aeropuerto de Santiago, donde les estamos
aguardando. Al frente de la expedición viajan el director general
de la Conselleria d'Interior, Antoni Torres, que, con un
representante de la Xunta que les está esperando, se irá a la sede
de ésta en Santiago a tratar unos temas, y José Navarro, que
durante el viaje de regreso nos comentó que Matas no quería más
voluntarios, «por lo que tuvimos que hacer gestiones por nuestra
cuenta, entre otros ayuntamientos afectados por la marea».
En hora y media regresamos a O Grove, deteniéndonos antes en la
playa de Pedras Negras, una de las más castigadas del término, para
almorzar. Antes nos hemos dado una vuelta sobre la arena, donde
algunos voluntarios, estudiantes en Santiago, están limpiando. Uno
de ellos se acerca con un cormorán muerto, anegado en plena marea
negra que lo arrojó sobre la arena. Suficiente para ir haciendo
boca respecto a lo que les espera a los de Balears, entre los que
viaja una sola mujer, Mónica García Caballero, natural de Sóller,
donde trabaja como guardia del ORA, que ha sacrificado sus
vacaciones para venir a Galicia.
Antes de ir al hotel a instalarse, el director de Protección
Civil de O Grove les da la bienvenida y, por encima, les explica
cual va a ser el trabajo que van a realizar, unos en misión
logística y otros limpiando las playas. Sobre las siete se dirigen
al hotel. El cielo está encapotado, no sopla mucho el viento, por
lo que vamos a esperar qué sorpresas nos depara la noche, ya que
las previsiones siguen siendo malas.
O Grove se despertó con cierta calma. Cielo semiencapotado y mar
en calma «pero de eso no hay que hacer caso -afirma un miembro de
Protección Civil-, pués aquí el tiempo cambia rápidamente y ... las
previsiones dicen que el día va a empeorar». A todo esto, en lo que
voy de camino de Protección Civil, tras haber hablado con José
Antonio Navarro, jefe de la expedición de los voluntarios de
Protección Civil que vienen a O Grove, observo que algunas de las
pintadas en contra del Gobierno central y contra la Xunta que
empapelaban numerosas fachadas, han desaparecido o han sido tapadas
por otros pasquines.
A lo largo del fin de semana, han pasado por Galicia «la Mancha»
alrededor de 5.000 voluntarios que han retirado unas 700 toneladas
de fuel. Entre los voluntarios, llegados prácticamente de toda
España, están Miguel y Pilar, un pontevedrés y una catalana,
casados hace una semana que han venido de viajes de novios a
Galicia para ayudar en las tareas de limpieza.
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