Los once partidos que forman la oposición en el Congreso se unieron
ayer para apoyar en el Pleno una resolución sobre el conflicto de
Irak en la que se reclama una solución pacífica, más tiempo y
medios para los inspectores de la ONU, e información puntual al
Parlamento por parte de Aznar.
La iniciativa fue rechazada merced a la mayoría absoluta de la
que dispone el PP, que por sexta vez en lo que va de año volvió a
quedarse solo en un debate parlamentario sobre la crisis de
Irak.
La moción consensuada consta de tres puntos. En primer lugar, se
exige «mantener en todo momento una posición dirigida a preservar
la paz» y «explorar hasta las últimas consecuencias la vía
pacífica, buscando y apoyando soluciones alternativas a un
desenlace militar». También se aboga por apoyar en la ONU el
reforzamiento de las inspecciones, con el tiempo necesario, y exige
al Gobierno «mantener informado al Parlamento», incluso con un
debate monográfico y explicaciones de Aznar.
El portavoz parlamentario del PSOE, Jesús Caldera, aseguró que
para el Gobierno «sólo cabe la guerra con el pretexto de la paz» y
que «no se ha dado ni una sóla razón convicente» para la necesidad
de un conflicto bélico. Resaltó el esfuerzo de los firmantes de la
moción para llegar a un acuerdo y destacó que «el consorcio
opositor» había «formado una coalición por la paz».
En su intervención, acusó al Gobierno de romper «el consenso en
política exterior unilateralmente». «No nos oponemos al Gobierno,
nos oponemos a la guerra».
De su lado, el portavoz de IU, Felipe Alcaraz, que lució el lema
de 'No a la guerra' en la solapa, subrayó que la «opinión de no
aceptar la guerra» es hoy más amplia que los 11'7 millones de votos
a quienes representa la oposición y consideró que el Gobierno del
Partido Popular «no representa en estos momentos al pueblo
español». «Hay cabreo social en la calle», dijo Alcaraz.
En una intervención que no es habitual en una sesión plenaria de
votación de mociones, dado que el pasado miércoles ya hubo debate
entre los grupos y el Gobierno, Rajoy decidió por sorpresa subir a
la tribuna para explicar que la posición del Ejecutivo está
sustentada en que se cumplan las resoluciones de Naciones Unidas
para «el total desarme de Irak». «Supongo que ése será el objetivo
de todos los diputados», retó a la oposición.
A su juicio, no se puede condicionar ya la posición española en
la ONU ni abrir plazos 'sine die' a las inspecciones. Rechazó
además celebrar un debate monográfico donde se fije la posición del
Gobierno en caso de conflicto, pues recalcó que, según la
Constitución, corresponde al Ejecutivo adoptar las decisions en
política exterior.
Buena parte de su intervención se dirigió a descalificar la
actuación del PSOE, recordándole su posición sobre la OTAN en los
ochenta, su participación en la Guerra del Golfo a principios de
los noventa y su rechazo ahora a resoluciones de Naciones Unidas
que abran la vía a un nuevo conflicto bélico.
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