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Tenso debate el vivido ayer en el Congreso sobre Irak y en el que Aznar rebajó su tono belicista. La oposición destacó las manifestaciones sin precedentes que contra la guerra se celebraron este fin de semana en toda España, llegando a acusar al Gobierno de Aznar de actuar de forma ilegítima al desoir las peticiones del pueblo y cobijarse en un seguidismo completo a las intenciones belicistas de Bush.

El líder de la oposición, José Luis Rodríguez Zapatero, fue el primero en responder a Aznar que, en su exposición inicial, propuso a los grupos recuperar el consenso votando a favor del texto literal aprobado el lunes en el Consejo Europeo extraordinario, en el que «están comprendidos todos los elementos sustanciales para lograr la paz».

Zapatero calificó de «parentesis positivo» esta resolución, pero indicó que la UE, en todo caso, ha realizado una «declaración de principios que elude cuestiones transcendentales». Por eso, pidió a Aznar que defienda la postura de dar más tiempo a los inspectores de la ONU.

Escalera
«Eso es lo que quiere la ciudadanía, que le pide que rompa con su apoyo incondicional a Bush -le dijo-. Empezó subiéndose a lo más alto de la escalera del belicismo y, tras las masivas manifestaciones, ha bajado un peldaño con disimulo. Baje toda la escalera y deje de perder credibilidad, porque no es legítimo eso que hace de divorciarse de millones de españoles».

Aznar no aceptó este ataque contra la legitimidad de su Gobierno que se ganó en las urnas y acusó al líder de la oposición de estar haciendo un flaco favor a la democracia con su discurso. Por eso, dijo a Zapatero que, si él estuviera en el Gobierno, con ese discurso «no duraría ni dos minutos», ya que sólo se fundamenta en un oportunismo electoral».

En este punto insistió en que la primera pretensión del Ejecutivo es la paz, aunque no cualquier paz que permita el chantaje y el terror de un dictador. «Son muchas personas cuyo sí a la paz no significa una disposición a conformarse con decir sí a Sadam, un sí a que las cosas continúen igual», dijo. Por ello, pidió que se apoye la resolución de la UE que exige el desarme y defiende la presión militar.

Pero el presidente no logró convencer a la oposición, que le exigió una rectificación inmediata para que el consenso que solicita sea posible. Los grupos volvieron a defender unas movilizaciones que no sólo pidieron la paz, sino que exigieron al presidente decir 'No a la guerra'. Incluso, CiU reprochó a Aznar un liderazgo ausente de flexibilidad y búsqueda de puntos de encuentro.

Los nacionalistas catalanes, que admitieron una «inflexión» en la postura del Gobierno, tacharon de «equivocación» su forma de explicar su actitud contra Irak. Así todo, exigieron al presidente que, con la legitimidad que le otorgaron los votos, rectifique y se ponga en favor de la paz.

Legitimidad
Por supuesto, la izquierda de Gaspar Llamazares fue mucho más contundente en sus críticas a las posiciones del Gobierno. Llamazares aseguró que el Ejecutivo, pese a ser un Gobierno «legal» por haber sido elegido por mayoría absoluta, no cuenta con la legitimidad que da «la coherencia entre los actos y la opinión de la sociedad», y acusó a Aznar de ser «el perro de caza» de EE UU.

«El régimen franquista también asesinó y torturó, pero a nosotros nunca se nos ocurrió pedir que ningún organismo internacional interviniese», añadió el líde de Izquierda Unida.

El portavoz del PNV en el Congreso, Iñaki Anasagasti, pidió por su parte al jefe del Gobierno, José María Aznar, que convenza al presidente de Estados Unidos, George Bush, para impedir la guerra y la muerte de personas inocentes y para que se logre «un escenario de paz sin Sadam Husein».

Los representantes de los partidos integrantes del Grupo Parlamentario Mixto denunciaron que España tiene «intereses comerciales» en Irak para justificar su apoyo a una intervención militar encabezada por Estados Unidos; e incluso algunos recordaron que hace algunos años España mantuvo relaciones comerciales con el país de Oriente Próximo.

Tenso debate el vivido ayer en el Congreso de los Diputados sobre Irak y en el que Aznar rebajó su tono belicista. La oposición destacó las manifestaciones sin precedentes que contra la guerra se celebraron este fin de semana en toda España, llegando a acusar al Gobierno de Aznar de actuar de forma ilegítima al desoír las peticiones del pueblo y cobijarse en un seguidismo completo a las intenciones belicistas de Bush.