El médico mallorquín Josep Coll, que se hallaba en Siria junto con
otros miembros de Médicos del Mundo a la espera de obtener el
visado que les permitiera entrar en Irak, se verá obligado a
regresar a Palma el jueves ante la imposibilidad de obtener la
autorización.
La noticia, recibida ayer, ha provocado una profunda decepción a
Josep Coll, que ya tenía elaborado un completo plan de intervención
con la organización Médicos del Mundo en el país que dirige Sadam
Hussein con el objeto de atender las necesidades de un importante
grupo de población en el caso de que estalle el conflicto
bélico.
Mientras tanto, los tres «escudos humanos» isleños que llegaron
ayer a Jordania esperan en ese país la obtención de sus visados
para poder viajar así a Bagdad el próximo domingo. Sus compañeros
catalanes, que ya están en la capital de Irak desde la semana
pasada,instalaron ayer la carpa frente al hospital infantil Sadam
para instalarse y permanecer allí incluso si estalla el conflicto
para impedir un posible bombardeo.
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