TW
0

EFE-CIUDAD DEL VATICANO
El Papa reiteró ayer ante el presidente del Gobierno español, José María Aznar, la necesidad de que se adopten decisiones justas e iniciativas pacíficas para superar la crisis iraquí y ambos coincidieron en la «necesidad de una acción común por parte de la ONU».

José María Aznar, por su parte, según precisó el portavoz de la Santa Sede, explicó al Papa la «línea de acción hasta ahora seguida por España ante la crisis iraquí, ilustrando, en particular, el peligro del terrorismo y por tanto la necesidad de una acción común de parte de Naciones Unidas». La reunión que, ya por la noche, debía mantener Aznar con el primer ministro británico, Tony Blair, se retrasó unas dos horas debido a una avería en su avión oficial. «El avión sufrió un fallo y, como medida de precaución, tuvo que regresar a la base de Brize Norton», a las afueras de Londres, «aunque el primer ministro no se hallaba a bordo», confirmó una portavoz de Downing Street. El jefe del Gobierno británico «saldrá hacia Madrid en un vuelo comercial», agregó la citada portavoz, sin precisar la hora de partida o la aerolínea en la que viaja Blair.

Así lo manifestó el portavoz vaticano, Joaquín Navarro Valls, tras la audiencia concedida por el Pontífice a José María Aznar, que después se reunió con el secretario de estado vaticano, el cardenal Angelo Sodano, y con el «ministro de exteriores» de la Santa Sede, el arzobispo Jean Louis Tauran. El coloquio a solas duró media hora. Navarro precisó que se desarrolló en un ambiente cordial y tanto el Papa como Aznar coincidieron en que la situación es «muy grave» y es necesario alcanzar soluciones. «Juan Pablo II espera que todas las partes implicadas, sin excepciones, adopten decisiones justas y pongan en marcha iniciativas pacíficas eficaces y conforme a la justicia, inspiradas en el derecho internacional y en los principios éticos», dijo Navarro.

Además, Aznar también se reunió ayer con el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, con el que constató que ambos gobiernos mantienen posiciones «absolutamente idénticas», es decir, de respaldo a la ONU, pero de firmeza con el dictador iraquí, Sadam Husein. El Papa, por su parte, expresó al presidente español su deseo de que todas las partes encuentren una solución pacífica a la crisis. Aznar y Berlusconi ofrecieron una rueda de prensa conjunta tras la reunión que mantuvieron en Roma, que sirvió para constatar la coincidencia entre ambos Gobiernos ante la probable guerra en Irak. Así, ambos defendieron el «papel central» que debe jugar el Consejo de Seguridad de la ONU en esta crisis, aunque manteniendo una actitud de firmeza frente a Irak, para que el dictador no siga «ridiculizando» a Naciones Unidas. «Ninguno de nosotros quiere la guerra», dijo Berlusconi, quien explicó que todavía se mantiene el esfuerzo en encontrar una solución pacífica que conlleve el desarme iraquí.