Los diputados socialistas aplauden en el Congreso la intervención de Zapatero.

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El jefe del Ejecutivo, José María Aznar, rechazó ayer las críticas de la oposición a su actuación en la crisis iraquí y defendió una nueva resolución de la ONU. Zapatero le replicó: «Déjenos como estábamos, déjenos en paz».

Por su parte, Zapatero alertó de que la aprobación de la resolución auspiciada por España supondría una «herida de muerte» para la ONU y se dirigió a Aznar para exigirle: «déjenos como estábamos; déjenos en paz». Le advirtió de que «no hará Historia con esta guerra» y no era necesario que sacara España «del rincón» porque ya salió pacíficamente durante la Transición democrática. Tras recordar que Irak «ha supuesto tan poco peligro para la paz» que incluso el Gobierno se planteó «sondear importantes operaciones comerciales» con este país, aseguró que el desarme pacífico se está logrando «a pesar» de Aznar y de George W.Bush.

Aznar compareció en el Congreso para informar de la posición del Gobierno ante la evolución de la crisis iraquí y aprovechó para señalar que el resultado de las votaciones secretas del martes demuestran que la oposición hizo el «ridículo» al pretender que los diputados del PP rompieran la disciplina de voto. Aznar se preguntó si los socialistas actúan de esa forma «porque la cercanía electoral lo justifica todo, hasta utilizar los principios morales a conveniencia» y acusó a Zapatero de intentar deslegitimar al Gobierno.

El portavoz de CiU, Xavier Trias, a quien Aznar avisó que su formación se equivoca al ponerse detrás de «ciertas pancartas», reprochó al presidente del Gobierno el «entusiasmo» con que apoya el belicismo de Estados Unidos. El coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, acusó al PP de actuar «como el partido de la guerra» al preferir «la disciplina a la democracia, la obediencia a la conciencia» y fue criticado por Aznar por sus «obsesiones «antiamericanas» y por no pronunciar ninguna palabra de condena del régimen iraquí.