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EFE-PAMPLONA
Entre 35.000 y 40.000 personas, según la policía, se manifestaron bajo la lluvia en Pamplona, convocadas por el Parlamento de Navarra, en repulsa del asesinato en Sangüesa de dos policías nacionales, una de cuyas hijas leyó al final un comunicado en el que pedía «Basta Ya. Queremos vivir en paz».

La joven intentó explicar a los presentes el sentimiento de ambas familias «ante un hecho tan salvaje e increíble» como el atentado, que, dijo, «estamos intentando asimilarlo, porque nunca te planteas que vas a perder a tu padre y a tu marido».

Ana Embid, hija de Julián Embid, en nombre de su familia y de la de Bonifacio Martín Hernández, agradeció la «compañía y cariño desinteresado» que han recibido, gracias al cual «no nos hemos sentido en ningún momento solos», y aseguró que «seguiremos en nuestra tierra, Navarra, que Boni y Julio sentían suya».

En este sentido, subrayó que «intentas vivir una vida normal» pero «todo cambia en un segundo por culpa de gente que se cree que en Navarra sólo existen ellos, a los que debemos respetar y permitir todo lo que hagan».

«Ante ellos, los demás navarros somos de categoría inferior y no tenemos derecho a la vida ya que ellos nos la arrebatan. Pero una cosa os vamos a decir, seguimos vivos, nos vais a seguir viendo, a la hora de la compra, a la hora del café, en cualquier actividad cotidiana. Menos en el anuncio publicitario por todas las víctimas del terrorismo que Euskal Telebista no emitirá porque resulta demasiado violento que entremos en vuestras casas», dijo.

Esta alusión a ETB hizo que un grupo de manifestantes se dirigiera hacia una de las plataformas en las que, entre otras, se encontraba el cámara y un periodista de esta emisora de televisión, a los que increparon y arrojaron objetos, por lo que decidieron abandonar el lugar.