La situación creada ayer en la Asamblea de Madrid por dos diputados
socialistas podría desembocar en la convocatoria de nuevas
elecciones a partir de dos meses, si la situación política se
vuelve ingobernable. A partir de ahora, una vez constituido el
Parlamento regional, la presidenta de la Asamblea debe convocar a
representantes de los partidos que han obtenido escaño para conocer
con qué apoyos cuentan, y en virtud de su respuesta, encomendará a
uno o a otro la posibilidad de formar Gobierno.
Hasta el momento, Simancas contaba con 56 votos (47 del PSOE y 9
de IU), frente a los 55 del PP, lo que le otorgaba mayoría por un
voto para gobernar. Sin embargo, a la vista de lo ocurrido ayer, la
situación no está tan clara. En efecto, si Simancas se somete a
investidura y no es votado por los dos diputados del PSOE
«díscolos», no sería elegido porque obtendría 54 votos frente a los
55 que puede conseguir el PP.
En ese caso, la candidata sería Esperanza Aguirre, número uno de
la lista del Partido Popular a la Presidencia regional. Pero podría
darse el caso de que los dos diputados disidentes del PSOE se
opusieran asimismo a la candidata popular, con lo cual Aguirre se
quedaría con 55 sufragios a favor frente a los 56 de la oposición,
y tampoco sería elegida.
Se entraría entonces en un periodo de inestabilidad política en
el que no se podría formar Gobierno en la Comunidad de Madrid y
tendría que seguir el actual Ejecutivo en funciones, con Alberto
Ruiz-Gallardón al frente. Pero a la vez todo se complicaría porque
Gallardón sería alcalde como consecuencia del resultado de las
elecciones del 25-M.
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