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Los nacionalistas catalanes y vascos dudan de que con la elección de Mariano Rajoy como sucesor de José María Aznar al frente del PP, y en el caso de que éste llegara a alcanzar la presidencia en 2004, vayan a cambiar las políticas «negativas» que hasta ahora el PP ha llevado a cabo en Cataluña y País Vasco.

El lehendakari, Juan José Ibarretxe, mostró ayer su respeto a la decisión tomada por Aznar respecto a la elección de Rajoy como su sucesor. No obstante, apuntó que «me parezca bien o mal cómo ha hecho las cosas Aznar, cada uno tiene su sistema, el PP tiene el suyo y yo no me quiero meter».

Pero dudó de que Rajoy no vaya a continuar con la misma política de Aznar en el País Vasco. «Lo único que deseo fervientemente es que no continúe con la política autoritaria e intolerante que ha demostrado Aznar a lo largo de los últimos años», dijo, añadiendo que espera que «esa forma de hacer política, en términos autoritarios, se modifique».

Además, pidió a Rajoy que «no nos insulte», aunque no comparta sus ideas, al tiempo que mostró su respeto a las suyas. Sobre el futuro de las relaciones entre el Gobierno central y Euskadi, Ibarretxe mostró su «absoluta disposición» a hablar con Rajoy. «Mi puerta está abierta y espero que también las puertas de los demás», agregó.

Iñaki Anasagasti fue más crítico y, en referencia a la primera visita oficial de Rajoy en su nuevo cargo al País Vasco, dijo que «lo mismo que podía haber elegido Euskadi podía haber elegido Bagdad porque, para ellos, la guerra del Norte es lo que la guerra de Irak para los norteamericanos». «Ese planteamiento bélico, de confrontación y de no soluciones, ilustra cuál es la voluntad política que tiene», matizó.