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Aunque no se produjo el anunciado descalabro de algunas encuestas, el PSOE sí perdió un amplio porcentaje de votos con respecto a las primeras elecciones. Si en mayo Rafael Simancas obtuvo el apoyo del 40'02 por ciento, en octubre se ha quedado en el 38'97. Este porcentaje le ha costado al PSOE dos escaños que han resultado definitivos para que la izquierda no gobierne en la Comunidad de Madrid, pese a su victoria de las primeras elecciones. IU, por su parte, ha logrado mejorar sus resultados de mayo, aunque mantiene el número de diputados que tuvo en esta corta legislatura que ahora acaba. Hace cinco meses, Fausto Fernández logró el respaldo del 7'66 por ciento de los votantes, mientras que en este 26-O ha subido hasta el 8'49 por ciento.

Ruiz-Gallardón, al anunciar la victoria de Aguirre, hizo especial hincapié en el dato de participación. En estas elecciones ha votado el 63'99 por ciento de los madrileños que estaban llamados a las urnas. Seis puntos menos que en las elecciones de mayo, quizá un factor decisivo para que la izquierda no revalidara su victoria, pero también más que en las elecciones autonómicas de 1999.

Estos comicios pasarán sin duda a la historia por el apretadísimo recuento. Con los primeros datos, al 26'88 por ciento, el PSOE era incluso la fuerza más votada y sacaba 52 escaños, por 49 del PP y 10 de IU. Pero a partir de ahí los populares fueron recortando votos en cada tramo porcentual hasta llegar a la victoria definitiva por dos solo escaño.