El Príncipe y su prometida posan con los Reyes en el Palacio del Pardo, tras su comparecencia ante los medios de comunicación tras la petición de mano.

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El Palacio de El Pardo acogió ayer por la mañana la segunda comparecencia ante los medios de comunicación del príncipe Don Felipe y su prometida, la periodista Letizia Ortiz Rocasolano. Fue el día de la tradicional ceremonia de petición de mano de la novia, una jornada muy especial para la pareja, en la que el Heredero quiso resaltar que su enlace significa una «continuidad para la Corona». Aunque el encuentro entre las familias de los novios y el intercambio de regalos tuvo lugar en La Zarzuela, la convocatoria a los medios de comunicación, por razones de espacio, fue en El Pardo, donde unos trescientos periodistas españoles y extranjeros habían sido acreditados para cubrir el evento. El mal tiempo del día anterior en Madrid se trocó ayer en un sol espléndido que los novios aprovecharon para dar un paseo por el jardín, románticos momentos que recogieron las cámaras, antes de acceder al Salón de los Austrias para enfrentarse a otra andanada de objetivos y cámaras de televisión.

Sobre las 12.30, hora prevista para la comparecencia, los novios aparecieron cogidos de la mano, sonrientes, felices y a ratos algo nerviosos. A pesar de que la desenvoltura de su prometida es evidente, como demostró ayer, fue el novio el primero en hablar para afirmar que su compromiso con Letizia supone «un eslabón más en la cadena de la Dinastía». Don Felipe siente que su matrimonio será para él un gran apoyo y la incorporación de Letizia Ortiz a la Familia Real añade «un valor, un activo a mi trabajo y a la función representativa que redundará en el bien de los intereses generales de los españoles». Un trabajo que será intenso para la futura Princesa de Asturias, como bien aseguró el Príncipe cuando dijo: «Trabajo no le faltará». Para ejercer con acierto su función de princesa y futura reina, la novia espera contar con el «apoyo y cariño de los Reyes y el ejemplo impagable de la Reina».

El dato que todo el mundo quiere conocer, la fecha de la boda, no fue desvelado ayer. Para evitar equívocos, el Príncipe sólo explicó que será «entre el final de la primavera y el principio del verano». Lo que sí pudimos conocer y ver fueron los regalos. Para la novia, una alianza de oro blanco y brillantes «sencilla y de diseño moderno», comentó el Príncipe, quien recibió de su prometida unos gemelos de oro blanco y zafiros. Éstos fueron los presentes más típicos de la ceremonia de petición de mano. Pero habrá otros más «personales», añadió el novio, que aún no se habían intercambiado. «Una joya de la familia, un collar», es lo que él le ragalaría a ella. Mientras que el novio recibiría «una joya literaria, un libro de 1850 de Mariano José de Larra sobre una historia caballeresca», explicó un poco atropelladamente Letizia Ortiz. Después, los novios repasaron las cualidades que les atrajeron el uno al otro.