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Partido Popular y PSOE reafirmaron ayer su compromiso con el pacto antiterrorista suscrito en el año 2000, al tiempo que se acusaron recíprocamente de vulnerar su contenido y de sacrificar la unidad contra ETA a intereses electorales o de partido. El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, pidió una convocatoria urgente de la comisión de seguimiento de ese pacto para que el PP «demuestre» en ella dónde está escrito que el mantenimiento del acuerdo de Gobierno con ERC en Catalunya vulnera su contenido.

Así, el secretario general del PP, Mariano Rajoy, afirmó que el PSOE rompe el pacto, ya que éste «prohíbe pactar ninguna cuestión política con ETA ni pactar con quien pacta con ETA» y recordó que «ERC ha pactado con ETA nada menos que dejar de matar en Cataluña y no en el resto de España». Las fuerzas políticas nacionalistas firmantes de la Declaración de Barcelona (CiU, PNV y BNG) terciaron en la polémica entre los dos grandes partidos y pidieron diálogo político y responsabilidad para no otorgar a ETA el privilegio de situarse en el centro de la escena política. Al término de la reunión que mantuvieron en Madrid los principales dirigentes de estos tres partidos, el presidente del Partido Nacionalista Vasco, Josu Jon Imaz, aseguró que su partido estará siempre «en lo que puedan ser acuerdos contra ETA», en referencia a que pueda recuperarse algún foro político de todos los partidos democráticos. Precisamente ésa fue la petición que el coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, hizo al Gobierno, que convoque una reunión de todas las fuerzas políticas democráticas, ya que coincidió con Imaz en que el pacto bilateral vigente entre PP y PSOE es «excluyente».

Por contra, el líder socialista consideró que es el Partido Popular el que incumple el pacto al «utilizar el terrorismo en la confrontación electoral» y hacer uso en ese sentido del comunicado con el que ETA ha anunciado una tregua selectiva en Catalunya. En el PP se entiende que la petición de Rodríguez Zapatero no es más que un intento de desviar la atención de los problemas de su partido y se descarta la conveniencia de la reunión que solicitan los socialistas, al menos mientras no se de la condición previa de que el PSOE rompa con ERC en el Gobierno de Catalunya y en sus listas conjuntas al Senado.