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Los presuntos etarras Gorka Vidal Alvaro e Izkur Badillo iban a elegir, una vez que llegaran a Madrid, el lugar donde harían explosionar la furgoneta cargada con media tonelada de explosivos interceptada el sábado, aunque éste debería estar entre Alcalá de Henares y la capital, según explicó el ministro de Interior Angel Acebes.

No obstante, tenían ya decidido o habrían recibido la orden de atentar en una zona determinada y que está señalizada con un círculo en rojo en el mapa de carreteras que le fue requisado cuando fueron detenidos, entre Alcalá de Henares y la capital de España. Esta es una zona muy amplia y poblada, en la que se encuentran polígonos industriales y centros comerciales.

Esa es la principal hipótesis que manejan los investigadores, que precisaron que los dos presuntos etarras tenían la misión de elegir el lugar donde cometer el atentado, además de activar el temporizador, en cuyo reloj figuraba una hora que no tiene por qué corresponderse con la prevista para la acción terrorista ya que ésta sería configurada en el momento de su ejecución, y no antes.

Gorka Vidal Alvaro e Izkur Badillo se encuentran en dependencias de la Guardia Civil y el próximo jueves prestarán declaración previsiblemente en la Audiencia Nacional ante el juez Fernando Andreu.

Ayer se llevaron a cabo varios registros en el País Vasco y ahora hay que analizar la documentación incautada. «Esto siempre permite realizar avances y sobre todo esclarecer todos los términos de la operación que tenían montada, además de los ya conocidos», añadió Acebes.