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La Catedral de la Almudena se quedó pequeña ayer para acoger los funerales por las víctimas del 11-M. El cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, lanzó un mensaje de «esperanza y de vida» a las víctimas y familiares de los atentados del pasado jueves en la capital de España en un funeral que presidió la reina doña Sofía, visiblemente emocionada. Durante la homilía, que fue convocada por la Comunidad de Madrid y seguida en el interior de la madrileña Catedral de la Almudena por unas 3.500 personas, entre las que se encontraban numerosas autoridades y familiares de las víctimas, Rouco Varela expresó el profundo dolor por los atentados y subrayó que la «fe y la caridad» fueron el contrapunto «a la conducta asesina de quienes parecen vivir para matar a sus semejantes».

El arzobispo de Madrid recordó a los desaparecidos, a sus familias, a los profesionales y a los voluntarios que atendieron a las víctimas. «El nihilismo asesino del que se alimentan los actos terroristas no es la última palabra sobre la existencia humana», sentenció, porque «sólo los ciegos de ira y violencia, los que viven en oposición a Dios, consideran la muerte como punto final de la existencia humana». Antes de terminar el funeral, monseñor Rouco Varela agradeció la presencia de la Reina y de las autoridades y pidió por la pronta recuperación de los heridos. Además, recordó la solidaridad del papa Juan Pablo II desde que se conoció la masacre, así como de las diócesis de todo el mundo.