Zapatero compareció ayer ante el Senado, en la primera visita de un presidente del Gobierno desde 1986.

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Zapatero compareció ayer ante el primer pleno ordinario de la VIII Legislatura en el Senado para presentar a su Gobierno y dar cuenta de las líneas fundamentales de su política territorial, gesto que fue agradecido sin excepciones por todos los portavoces parlamentarios.

Advirtió de que los populares no aceptarán nada que perjudique la igualdad entre españoles, además de señalar que exigirán «lealtad» al PSOE para llegar a acuerdos «sin intenciones oscuras». Vaticinó además que el acuerdo será difícil, ya que, al menos en su política territorial, las propuestas del Ejecutivo «de momento no aportan nada sustancial».

El jefe del Ejecutivo pidió que «nadie se autoexcluya» ni «sea excluido» de la tarea de reforma constitucional y se comprometió a apoyar las modificaciones de Estatutos de autonomía y a iniciar en la presente Legislatura la reforma del modelo de financiación autonómica, que exigirá «diálogo bilateral» y «acuerdo colectivo».

Respecto a la reforma constitucional, destacó la importancia de que el PP se muestre abierto al diálogo y explicó que ya ha convocado a este partido para tratar sobre ese asunto. Zapatero considera que la intervención del portavoz del PP, Pío García Escudero en el Senado sí deja abierta la posibilidad de ese diálogo.

García Escudero aseguró que en su partido no habrá un rechazo frontal a las reformas de la Constitución, de algunos Estatutos y de la financiación autonómica que auspicia el Gobierno, pero pidió al jefe del Ejecutivo que les convenza con argumentos de su necesidad.

«El PP y el PSOE estamos obligados a entendernos en los grandes temas», dijo García Escudero, quien reiteró las dudas de su partido respecto a la necesidad de reformar el modelo territorial del Estado, pero dijo que no están «cerrados a nada» siempre que los cambios sean conformes con la Constitución y estén respaldados por un alto grado de consenso.