Zapatero, tras reunirse con Berlusconi, se mostró optimista sobre
la aprobación de la Constitución y dijo que los «aspectos
pendientes» podrían solucionarse durante la Presidencia irlandesa,
que finaliza el próximo 30 de junio. Roma, dijo, «es el sitio
natural» para que se produzca la firma de la Constitución. Aunque
Rodríguez Zapatero dijo en su investidura que intentaría que Madrid
fuera la sede de ese acto, en homenaje a las víctimas del 11-M,
fuentes gubernamentales aseguraron que España no pondría reparos si
la capital italiana quería albergar la ceremonia.
Lo dijo después de reunirse con el primer ministro italiano,
Silvio Berlusconi, quien se mostró flexible para alcanzar un
acuerdo sobre la doble mayoría para la toma de decisiones en la
Unión Europea. Zapatero y Berlusconi también hablaron de Irak. El
jefe del Ejecutivo español pidió respeto para su decisión de
retirar sus tropas, mientras que el primer ministro italiano se
desmarcó de su vicepresidente, Gianfranco Fini, quien tachó este
movimiento como «una victoria del terror».
Berlusconi agradeció este gesto, ya que Italia, «por razones
históricas» deseaba ser la sede porque en Roma se firmaron los
tratados constitutivos de la entonces Comunidad Europea y, como el
presidente español, apostó por que la firma se produzca en este
mismo semestre. Para ello, todavía quedan flecos por cerrar.
Berlusconi habló del punto más polémico, el sistema de voto por
doble mayoría. «El modo para llegar a un acuerdo es no pensar sólo
en un número indiscutible», aseguró, convencido de que se puede dar
llegar a un acuerdo dentro de los arcos de doble mayoría sostenida
que van «desde el 50 al 55 por ciento en lo relativo a los países»
y del «60 al 66 por ciento en lo referente a las poblaciones».
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