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Un día después de su sustitución y de que las familias de las víctimas del Yak-42 pidieran su cese por avalar identificaciones erróneas de los cadáveres, el general menorquín Luis Alejandre Sintes se despidió, tras algo más de un año y medio como jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra afirmando que en estos días había sentido «el temblor incierto de ciertas deslealtades, de las venganzas, de los celos, de las mentiras interesadas y de las manipulaciones informativas». El general plantó al titular de Defensa, José Bono, pues fue el único de los tres jefes de Estado Mayor que el viernes relevó el Gobierno que no acudió al Ministerio.

La única mención expresa al accidente en el que murieron 62 miltares españoles la realizó el general ya mediado su discurso, al afirmar que su tiempo de gestión fue «duro». «Duro por los accidentes, por las tensiones políticas, por la brutal reaparición del terrorismo con otras versiones a las que desde hace años se nos venía sometiendo», dijo, añadiendo: «Y no me tembló la mano al timón».

Alejandre sí acudió a dar el relevo a su sucesor, el general José Antonio García González, hasta ahora segundo JEME, en un acto posterior al de la jura celebrado. Y aprovechó la ocasión para insinuar que su cese se ha producido por manipulaciones o venganzas y sin referirse en ningún momento a los militares muertos en su año y medio al frente del Ejército de Tierra, ni en el accidente del Yakovlev, ni en Irak.

Fuentes de Defensa, antes de que pronunciase su discurso, consideraron significativa la ausencia de Alejandre en la jura de la nueva cúpula militar y la explicaron por los motivos que han llevado a su sustitución (el caso del Yak-42), añadiendo que aún no lo ha encajado. Las mismas fuentes explicaron que el jueves por la tarde, un día antes de su relevo, el general asistió como ponente a un seminario en Toledo. Entonces Bono aún no le había comunicado su sustitución. A las 16:30 de ese día, el entonces segundo JEME recibió la llamada del ministro, que le comunicó que le proponía como responsable de Tierra. El segundo JEME fue quien telefoneó posteriormente a Alejandre.

La afirmación de que no le tembló el pulso fue una constante en el discurso del general, que emocionado y ofendido dijo «los vientos no dependen de nosotros» y remarcó ante la nueva cúpula militar: «Nada ni nadie me arrebatará el enorme honor de haberos servido, de haberos mandado». Además, recordó su nombramiento «en otras circunstancias» y que durante su mandato, «más de 3.000 soldados servían en seis misiones» y había «siete generales con mando en el exterior». «Y no nos temblaba el pulso cuando preparábamos alternativas de incrementar otras más y no nos tembló cuando recibimos la orden de repliegue» de Irak.