Hasta que se empezó a intuir cuál sería la nueva dirección de ZP
y hasta que ayer se puso el sol en Madrid -coincidiendo con la
manifestación del Día del Orgullo Gay a la que también se sumaron
los socialistas, con pancarta y autobús-, la única «noticia» del
congreso (es decir, el único dato susceptible de generar algún tipo
de interés) la proporcionó una delegada de Balears que tiene un
nombre sacado del mundo mágico de García Marquez: Mercedes
Buendía.
El mercurio llega a lo más alto
Mercedes Buendía «desveló» la noticia del congreso: habían volado
16 carteras de esas que se entregaban a delegados, observadores y
periodistas con documentación que nadie lee y que, mayormente, se
queda en las papeleras de los respectivos hoteles.
La cosa es que un pequeño número de asistentes al congreso de ZP
se quedaron sin su cartera portafolios y pudieron contar algo.
El momento cumbre del congreso más tranquilo del socialismo
español llegó en la tarde del viernes, durante el informe de
gestión de Zapatero. De poder tomar la temperatura que genera un
discurso, el mercurio habría llegado a lo más alto cuando el
secretario general aludió al desembarco de Normandía. Replicaba a
Aznar, que días atrás había comentado que le hubiera gustado que
los españoles también hubieran participado en aquella operación
bélica. «Yo le digo que sí, que estaban allá, estaban los
republicanos españoles que habían tenido que exiliarse», dijo ZP, y
el plenario se desbordó. Había quienes parecían que iban a llorar y
hubo quienes se pusieron a soñar con la República.
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