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«La noche será larga»
En todo congreso que se precie, incluso en el que está celebrando desde el viernes el PSOE, hay alguien que se descuelga con esta frase, que la noche va a ser larga. Aunque no sea del todo cierto, siempre que se está negociando quienes se incorporan a la nueva Ejecutiva, un delegado o delegada explica a periodistas de su respectiva comunidad autónoma que la noche será larga, se cubre las espaldas y, de paso da alguna esperanza al periodista que espera un titular. Incluso en un congreso tan tranquilo como el hoy se clausura en el recinto ferial de Madrid.

Hasta que se empezó a intuir cuál sería la nueva dirección de ZP y hasta que ayer se puso el sol en Madrid -coincidiendo con la manifestación del Día del Orgullo Gay a la que también se sumaron los socialistas, con pancarta y autobús-, la única «noticia» del congreso (es decir, el único dato susceptible de generar algún tipo de interés) la proporcionó una delegada de Balears que tiene un nombre sacado del mundo mágico de García Marquez: Mercedes Buendía.

El mercurio llega a lo más alto
Mercedes Buendía «desveló» la noticia del congreso: habían volado 16 carteras de esas que se entregaban a delegados, observadores y periodistas con documentación que nadie lee y que, mayormente, se queda en las papeleras de los respectivos hoteles.

La cosa es que un pequeño número de asistentes al congreso de ZP se quedaron sin su cartera portafolios y pudieron contar algo.

El momento cumbre del congreso más tranquilo del socialismo español llegó en la tarde del viernes, durante el informe de gestión de Zapatero. De poder tomar la temperatura que genera un discurso, el mercurio habría llegado a lo más alto cuando el secretario general aludió al desembarco de Normandía. Replicaba a Aznar, que días atrás había comentado que le hubiera gustado que los españoles también hubieran participado en aquella operación bélica. «Yo le digo que sí, que estaban allá, estaban los republicanos españoles que habían tenido que exiliarse», dijo ZP, y el plenario se desbordó. Había quienes parecían que iban a llorar y hubo quienes se pusieron a soñar con la República.