Así lo explicó ayer el secretario general del grupo
parlamentario socialista, Diego López Garrido, que subrayó que las
medidas anunciadas por el Ejecutivo afectarán a los inmigrantes
llegados antes del cambio del Gobierno, y no a quienes lleguen en
el futuro, puesto que para entrar en España necesitarán un contrato
desde su país o un visado para buscar empleo.
López Garrido señaló que la pretensión del Gobierno es «vincular
trabajo con legalidad», pero puntualizó que las medidas sólo se
tomarán «previo consenso de los agentes sociales y políticos»,
quienes evaluarán las propuestas antes de que se proyecten en el
futuro Reglamento de Extranjería que quiere aprobar el
Ejecutivo.
Por otra parte, la advertencia lanzada el lunes por el ex
presidente de la Generalitat Jordi Pujol de que el «mestizaje»
puede suponer «el final de Cataluña» recibió ayer las críticas del
PSC y del PP, mientras que encontró comprensión entre los
dirigentes de CiU y ERC.
Pujol defendió la convivencia entre los catalanes y los
inmigrantes, y la integración de los recién llegados a Catalunya,
pero todo ello «sin necesidad de llegar al mestizaje», ya que ello,
indicó, «será el final de Cataluña».
Durante la jornada de ayer numerosos inmigrantes buscaron ayer
sin éxito información sobre el futuro reglamento de la ley de
extranjería que permitirá regularizar a las personas que cuenten
con un contrato de trabajo, mientras el PP insistía en el «peligro»
y las «graves consecuencias» de la propuesta del Ejecutivo.
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