El consejero del Interior del Gobierno vasco, Javier Balza,
consideró ayer que las acciones terroristas de este verano de ETA
contra intereses turísticos «han sido un calentamiento» y han
buscado conscientemente «que no se produjeran grandes atentados con
consecuencias personales». En una entrevista concedida a Radio
Euskadi, Balza dijo que se trataba de «abrir un periodo de
calentamiento después del 11-M».
«Después del 11-M no se ha querido ir directamente a un atentado
indiscriminado, a un atentado que recordara la barbarie de Madrid,
y se ha optado por esta fórmula, pero no debe interpretarse como
que no puede hacer más, sino que es lo que ha intentado para romper
el tiempo de más de un año sin víctimas que había planteado»,
añadió.
Para el responsable de Interior, ETA «no está en una fase de
buscar un Hipercor», pero recordó que en su documentación hay
objetivos «víctimas individuales amenazadas históricamente por ETA:
políticos, jueces, periodistas y, especialmente, Ertzaintza».
«En los últimos comunicados y en las últimas actuaciones de ETA
siempre hay una especial fijación y obsesión por la Ertzaintza,
creo que esto es real y tenemos que estar preparados para
afrontarlo», apuntó.
Tras insistir en que los atentados estivales sin víctimas «es
exactamente lo que quería» la banda, precisó que «probablemente
también quería hacer una campaña de atentados en el Mediterráneo
que, de alguna forma, se desmanteló con la revelación de
identidades de miembros de ETA que estaban» por esa zona del
litoral.
Además, aseguró que a su Departamento no le ha sorprendido «la
reaparición violenta de ETA» y que siempre ha considerado que era
«un error hablar de treguas tácitas y de inactividad. No había
datos para eso. Los datos apuntaban a que ETA seguía con la
mentalidad activa, aunque probablemente no podría haber actuado
antes por la debilidad y por el castigo policial que ha recibido
especialmente en Francia», indicó.
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