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EUROPA PRESS/EFE-SANTIAGO
El secretario general del PP, Mariano Rajoy, anunció ayer en la apertura del curso político del grupo popular en Galicia que no pretende «cambiarlo todo», pero que tampoco quiere que «todo siga igual». Además, Rajoy acusó al Gobierno de estar instalado en la «frivolidad» y dijo que «nadie pone orden» en un Ejecutivo anclado en el pasado, porque «falta liderazgo y criterio, que es lo mínimo que se le puede pedir a un presidente».

Respecto a que Manuel Fraga se presente por quinta vez consecutiva a la reelección en las autonómicas del próximo año, el secretario general del PP volvió a expresar su apoyo «incondicional» y el de su partido, con el fin de revalidar su mayoría absoluta.

Cerca de 10.000 personas, 20.000 según la organización, asistieron ayer a la tradicional Romería del Monte do Gozo con la que cada año, el PP de Galicia inaugura el curso político. En su discurso, Rajoy defendió la renovación del partido «por la vía de la ampliación y no de la sustitución». Por ello, subrayó su intención de presentar al Congreso nacional, que se celebrará entre el 1 y el 3 de octubre en Madrid, su propia candidatura con la aspiración de conformar «el mejor equipo posible para el PP y para España». «Si me equivoco, seré yo el que se equivoque», sostuvo.

En todo caso, Rajoy expresó su voluntad de «rendir homenaje a la ingente labor al frente del PP y del Gobierno» que realizó José María Aznar, «le guste o no lo le guste a quien le guste o no le guste». Así, explicó que Manuel Fraga es presidente fundador del PP porque así los desean «todos», pero que también le pedirá a Aznar que se convierta en el presidente de honor. «Si no fuera así, yo no sería yo y los militantes no serían lo que somos y eso, sencillamente, no es posible. Qué le vamos a hacer», ironizó. El público respondió a la propuesta de Mariano con gritos de «Aznar, se siente, será mi presidente».