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La última despedida de José María Aznar ante el PP ha sido, al mismo tiempo, su reentrada en la política nacional y un durísimo alegato contra el PSOE, incluso reavivando la memoria de los GAL.

Aznar realizó un discurso duro contra los adversarios políticos y pidió a sus compañeros de partido que estén muy orgullosos de ser del PP, que no se avergüencen de lo que hicieron los gobiernos populares, que miren al futuro, no se distraigan, ni se sienten a esperar, porque sólo en los diccionarios aparece antes el «éxito que el trabajo».

Aznar recordó ayer, en su discurso ante el XV Congreso del PP, en el que ha sido propuesto por Mariano Rajoy como presidente de honor del partido, que puede decir con «la cara bien alta y las manos bien limpias» que ninguno de los miembros de su gobierno usó «cal viva» para «encubrir ningún asesinato», en referencia a los crímenes cometidos por los GAL en la época de los anteriores gobiernos socialistas y en respuesta a las acusaciones que ha recibido en las últimas semanas atribuyéndole la responsabilidad de los fallecidos en los atentados del 11 de marzo.

El ex presidente del Gobierno reivindicó la labor hecha por sus gobiernos, asegurando que hicieron lo correcto en todos los campos y también «cuando decidimos implicarnos hasta el cuello en la lucha contra el terrorismo y colaborar con nuestros amigos y aliados», en clara referencia al apoyo que dieron a Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo internacional, pero sin mencionar expresamente la guerra de Irak.