Un preso agrede con un pincho a dos etarras en la cárcel de Almería.

TW
0

La Guardia Civil detuvo ayer a cinco presuntos miembros de ETA, en una operación efectuada en Navarra y Guipúzcoa gracias a los datos extraídos tras la detención de la cúpula etarra en Francia, el pasado domingo. Los detenidos, cuatro hombres y una mujer, «habían dado su visto bueno a ETA para integrarse en su estructura operativa y estaban a la espera de recibir instrucciones para lo que fuera», dijo el ministro del Interior, José Antonio Alonso, en rueda de prensa.

En San Sebastián, la Guardia Civil detuvo a Juan José Zarautz Lekuona, de 47 años, y José Ramón Unanue Urdanpilleta, de 43, mientras en Irún fueron arrestados María Arantzazu Sánchez Larrarte, de 47 años, y Aimar Guzón Arrese, de 27.

La operación, que continúa abierta, fue puesta en marcha a las dos de la madrugada y ha supuesto, además de las detenciones, la incautación de documentos y ordenadores que serán analizados. Fuentes de la lucha antiterrorista explicaron que estas detenciones se derivan de la amplia operación desarrollada en el sur de Francia contra la dirección etarra y, en concreto, con la detención en Burgos del camionero Pedro María Alcantarilla.

Todos ellos están acusados de presunta colaboración o pertenencia a banda armada, ya que aún no se ha podido determinar su grado exacto de vinculación con ETA. En Pamplona, fue detenido Aimar Ayarza Larrarte, quien «tenía encomendada, al parecer, la tarea de captar personal» para ETA, según el delegado del Gobierno en Navarra, Vicente Ripa.

Ayarza, nacido en 1978 en San Sebastián, tiene antecedentes por violencia callejera y fue detenido en 1997 en Irún por la quema del coche de un ertzaina.