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El presidente del PP, Mariano Rajoy, fue ayer crítico con algunos de los aspectos relativos a la organización de los actos protagonizados por las Fuerzas Armadas con motivo de la Fiesta Nacional, advirtiendo al Gobierno que lo que «la gente quiere es un desfile normal y no un 'show', que al final sirve para poco». Esta no fue la única crítica y desde el resto de grupos de la oposición se oyeron calificativos en contra de la parada militar, como «imperialista genocida», «esperpéntico» o «distorsionador de la Historia».

En segundo lugar, señaló que no tenía «ningún sentido» alguna de las cosas sucedidas, como provocar el «malestar» de Estados Unidos. «No se pueden dar patadas en la espinilla a la primera potencia y aliada de España porque es muy negativo para los intereses generales del país», criticó.

Rajoy consideró «decepcionante» que al desfile no asistieran determinados grupos parlamentarios, algunos de ellos como el de ERC que apoya al Gobierno, por lo que pidió al Ejecutivo que haga «pedagogía» para que en futuros actos dichas formaciones estén presentes.

También reclamó al Gobierno que procure no lanzar mensajes que sirvan para recordar a los españoles «acontecimientos felizmente superados», relativos a acontecimientos históricos ocurridos hace ya muchos años.

La respuesta de los socialistas vino de Alfonso Perales, secretario de Relaciones Institucionales del PSOE, quien dijo que «los únicos 'shows' que ayer se montaron fueron los protagonizados por altos dirigentes» del PP. «Aquí quien ha montado un 'show' ha sido el PP, y a quien le tiene Rajoy que leer la cartilla por su comportamiento y por el escaso respeto mostrado durante la celebración de los actos institucionales, es al secretario general de su partido, a Esperanza Aguirre y a Ruiz Gallardón por trasladar una discusión, fruto de la lucha por el poder interno, a un contexto y lugar que no era el apropiado».