ETA exigió el llamado 'impuesto revolucionario' a los restauradores
vascos Juan María Arzak, Karlos Arguiñano, Pedro Subijana y Martín
Berasategui, a quienes pidió por carta la entrega de 12 millones de
pesetas (más de 72.000 euros) a cada uno para costear los gastos de
la banda armada. Fuentes jurídicas informan de que el juez está
estudiando llamar a los cuatro a declarar porque podrían haber
incurrido en un delito de colaboración con banda terrorista y en
otro de allanamiento de fondos a ETA. El etarra José Luis Beotegui
Sánchez, que ingresó el pasado lunes en prisión, asegura que al
menos dos de ellos llegaron a pagar 6 millones de las antiguas
pesetas (unos 36.000 euros).
El pasado lunes, el juez Andreu decretó el ingreso en prisión
incondicional por integración en ETA de José Luis Beotegui Sánchez,
el último de los siete detenidos la semana pasada en el País Vasco
y Navarra a raíz de la operación contra la banda terrorista
desarrollada el pasado día 3 en Francia. Con Beotegui, arrestado el
jueves en la localidad vizcaína de Ugao-Miraballes, son dos los
detenidos en España que han ingresado en prisión por su presunta
vinculación con ETA.
Beotegui ingresó en prisión incondicional por orden del juez de
la Audiencia Nacional Fernando Andreu. Ante este magistrado y en
sus declaraciones ante la Guardia Civil, aseguró que entre los
empresarios a los que envió cartas exigiendo el 'impuesto
revolucionario' figuraban los cuatro cocineros vascos. Beotegui era
uno de los encargados de enviar las cartas de extorsión a
empresarios vascos, según reconoció él mismo ante el juez Andreu.
Así, señaló que envió misivas a estos cuatro conocidos
restauradores en las que les pedía 72.121 euros. Las fuentes
consultadas aseguraron que el juez está estudiando llamarles a
declarar debido a que podrían haber incurrido en un delito de
colaboración con banda terrorista y en otro de allegamiento de
fondos a ETA.
Beotegui, que tiene un vínculo familiar con la mujer de Juan
María Arzak, afirmó que éste último acudió a verle en su nombre y
en el de Subijana para gestionar una reducción del pago de los 12
millones de pesetas solicitados inicialmente. Arzak le pidió, según
afirmó Beotegui, que rebajara la cantidad a 36.060 euros. De esta
forma, tras consultarlo con la dirección de ETA, acordaron que los
6 millones de pesetas restantes se fueran pagando en los seis años
siguientes, a un millón por año. Beotegui aseguró que tanto
Subijana como Arzak le abonaron esa cantidad y que, sin embargo, no
recibió el dinero de los otros dos, por lo que desconoce si
llegaron a pagar o no.
El detenido aseguró ante el juez que no pertenece a ETA, aunque
sí reconoció haber hecho «favores» a miembros de la banda.
Reconoció que acogió y ocultó a etarras en su domicilio de Francia,
que dejó en 2003.
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