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Una bomba, que el departamento vasco de Interior atribuye a ETA, explotó ayer por la tarde sin previo aviso en la inmobiliaria Galarza, en el número 14 de la calle Licenciado Poza, en el centro de Bilbao, que no causó heridos, pero si daños materiales, todavía sin cuantificar. Según fuentes próximas a la investigación, los autores del atentado dejaron la bomba, de aproximadamente un kilo de explosivo y con un temporizador horario, oculta en una fiambrera a la puerta de entrada de la oficina, en el primer piso del edificio, sin más indicaciones que un cartelito con la palabra «peligro».

Un vecino del inmueble, en el que las dos primeras plantas están dedicadas a oficinas y el resto a viviendas, informó a los agentes de que poco antes de que estallase la bomba, minutos antes de las 17 horas, vio la fiambrera con el cartelito ante la entrada de la inmobiliaria. Esta es la tercera bomba que ETA hace estallar en siete días contra empresas del sector inmobiliario vasco, tras las otras dos explosiones ocurridas en San Sebastián, la primera hace una semana y la última, ayer.

Las mismas fuentes señalaron que los autores del atentado, que el departamento vasco de Interior considera obra de ETA, no avisaron de su colocación a los medios habituales, como solía hacer la banda terrorista cuando colocaba bombas en lugares habitados, sino que la Ertzaintza tuvo conocimiento del atentado por las llamadas de los vecinos, tras producirse. El caso de Bilbao se diferencia de los dos de San Sebastián en el hecho de que aquellos se produjeron de madrugada y fueron colocados en locales exteriores, mientras que en Bilbao el estallido tuvo lugar en el interior de un inmueble habitado y a una hora en la que alguien podía haber pasado por la escalera.

La explosión, que no causó más que daños materiales, según el departamento vasco de Interior, cuya cuantificación no ha detallado, sobresaltó e indignó a los vecinos del inmueble que, a esa hora, estaban la mayoría en sus domicilios, agregaron las fuentes próximas a la investigación.