Ambos dirigentes se declararon favorables a reactivar la «agenda
transatlántica« firmada en 1995 en Madrid entre la UE y EE UU, en
momentos en que el gobernante español busca reestablecer unas
tensas relaciones con el gobierno de Bush.
Zapatero recibió sobre las doce y media del mediodía a
Berlusconi en la plaza mayor de Cuenca, donde está teniendo lugar
la cumbre hispano-italiana, a la que asisten además seis ministros,
los de Defensa, Interior, Trabajo, Cultura, Exteriores e Industria.
Tras escuchar los himnos de los dos países, rompieron el protocolo
para saludar a los ciudadanos que se habían concentrado en la plaza
de esta localidad y después dio comienzo un primer encuentro en el
ayuntamiento.
Ambos abordaron esta cuestión y estuvieron de acuerdo en la
necesidad de movilizar a las opiniones públicas de los países que
tienen que ratificar la Carta Magna europea. Italia quería ser el
primer país que aprobara la Constitución europea, después de que
fue firmada en Roma por todos los Estados miembros. Sin embargo,
Lituania se adelantó en este proceso.
El pacto de estabilidad fue otro de los asuntos abordados en los
que no hay una coincidencia absoluta entre ambos, ya que, aunque
ambos consideran que ha de ser más flexible, Berlusconi quiere que
esa flexibilidad sea mayor que lo que plantea Zapatero.
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