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El Consejo de Ministros aprobó ayer un proyecto de ley para garantizar la asistencia sanitaria y elevar las pensiones de 603 «niños de la guerra», muchos de los cuales, sobre todo los que viven en los países de la extinta URSS, pasarán de cobrar 1.400 euros anuales a percibir 6.090 euros.

Son personas que han tenido que acogerse a pensiones asistenciales por ancianidad a favor de emigrantes españoles y a pensiones de jubilación no contributivas de la Seguridad Social, y que ahora tendrán garantizados con esta norma unos ingresos equivalentes a la cuantía de la pensión contributiva por jubilación para mayores de 65 años sin cónyuge a cargo, que en 2005 es de 6.090 euros al año.

Según explicó tras la reunión del Consejo la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de al Vega, el objetivo de esta medida es reconocer «la deuda histórica de España» con unos compatriotas que tuvieron que huir del país durante la Guerra Civil siendo menores de edad y hacerles «partícipes de una España más plural, que sigue siendo su casa».

El proyecto, que el Gobierno remitió ayer al Parlamento para que se tramite por el procedimiento de urgencia, tendrá un coste anual de cerca de 3,2 millones de euros y beneficiará a 543 residentes en el extranjero -237 en Rusia, 5 en Georgia, 33 en Ucrania, 63 en Chile, 127 en México y 78 en Venezuela- y a 60 «niños de la guerra» que residen actualmente en España.

Según explicó Fernández de la Vega, se establecen también en el proyecto los mecanismos necesarios para asegurar la asistencia sanitaria a estas personas en los países en los que no existe o en los que la atención es insuficiente. La vicepresidenta mostró su respaldo a todas las medidas aprobadas por los gobiernos anteriores, pero consideró que no han sido suficientes y que era «de justicia» incrementar las compensaciones a este colectivo.