El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, acusó ayer a
CiU de haber cobrado comisiones de las constructoras a las que
adjudicaba las obras y rectificó su acusación inmediatamente
después de que el líder de CiU, Artur Mas, le advirtiera que de no
retirar sus palabras habría «enviado la legislatura a hacer
puñetas», recordando la necesidad de los votos de CiU para aprobar
el Estatut.
Maragall intervino el pleno extraordinario por la crisis en el
barrio del Carmel ante la insistencia del líder de CiU, Artur Mas,
de que el presidente asumiera el mando y reiterara en la Cámara que
la federación nacionalista es la culpable del hundimiento del túnel
de la Línea 5 del Metro. Tras un intercambio de reproches en el que
hubo hasta cuatro réplicas y contrarréplicas, Maragall acabó
proclamando que el problema de CiU es el 3%, refiriéndose así al
supuesto cobro de comisiones por parte de la administración por la
adjudicación de obras.
Para Mas, la reacción del presidente de la Generalitat
evidenciaba que ha perdido los papeles y le recordó la necesidad de
la existencia de un círculo de confianza, que no de amistad, entre
PSC y CiU para aprobar el Estatut.
Si se rompe ese círculo está enviando la legislatura a hacer
puñetas, advirtió, lo que hizo rectificar rápidamente a Maragall,
quien accedió a retirar sus palabras y manifestó su confianza en
que tanto Mas como CiU estén en condiciones de cumplir su
obligación a la hora de abordar la reforma del Estatut.
El enfrentamiento entre Maragall y Mas en el Parlament reeditó
el debate de la moción de censura que en la pasada legislatura
presentó el PSC contra el presidente Jordi Pujol y que Mas, en su
condición de 'conseller en cap' se encargó de responder en su
integridad.
La insistencia de Mas, que asumió parte del tiempo de la
intervención de CiU en el debate, en que Maragall diera la cara fue
primero rebatida por el conseller de Política Territorial y Obras
Públicas, Joaquim Nadal, quien intentó eludir el reto de Mas
recordando que también Pujol permaneció en silencio durante aquella
moción de censura y acusó a Mas de cinismo, indignidad y de buscar
responsabilidades políticas donde no están. Mas dio por hecho que
Nadal no será cesado porque es una pieza demasiado importante del
Gobierno tripartito, que haría aguas si cayera.
Pese a todo, Mas logró que Maragall acabara tomando la palabra
para proclamar que Pujol se equivocó al no contestar aquella moción
de censura y se equivocó escogiendo a Mas como candidato. Maragall
reiteró que CiU tiene alguna cosa que esconder y la historia lo
juzgará y acusó a Mas de haber roto la regla del respeto entre
diputados y al presidente de la Generalitat.
Mas replicó acusando a Maragall de tener la piel fina, el
orgullo lleno y el amor propio hinchado y se manifestó alucinado de
que el presidente tomara la palabra para hablar de todo menos del
Carmel.
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