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El comisionado para las víctimas del terrorismo, Gregorio Peces-Barba, se negó ayer a dimitir, como le pidió el PP acusándolo de haberse enfrentado al 85 por ciento de las víctimas, aunque admitió que le ha faltado aplicar «autocensura» a sus declaraciones. Al mismo tiempo reveló que no acudió a la manifestación que la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) convocó el 22 de enero porque no era una propuesta unitaria y contaba con el «expreso rechazo» de los afectados por los atentados del 11-M.

Peces-Barba recibió el apoyo del resto de los grupos, con una crítica del representante de CiU, Jordi Xuclá, por sus manifestaciones públicas y la sugerencia de que se someta a «una época de autocontención en la expresión de sus ideas». El comisionado expuso durante la comparecencia los primeros resultados de su gestión, que se condensan en una serie de peticiones que hizo ayer por carta al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y que serán abordadas en el Consejo de Ministros del próximo 11 de marzo, primer aniversario de los atentados de los trenes.

«No pienso dimitir porque pienso que no hay motivos», dijo, tajante, Peces-Barba durante una comparecencia en la Comisión Constitucional del Congreso en la que recibió fuertes críticas de la portavoz popular de Interior, Alicia Sánchez-Camacho. La diputada acusó al comisionado de guiarse por criterios «partidistas», de generar divisiones entre los colectivos de víctimas y de haberse enfrentado con la «mayoritaria», la AVT que, recordó, representa al 85 por ciento de los que han sufrido esta lacra.

Concretó que ha solicitado una oficina de información en la Audiencia Nacional, para que las víctimas conozcan la situación de los procesos que les afectan, así como reabrir el plazo para que las más de 70 personas que no se acogieron a los beneficios de la ley de solidaridad de 1999 puedan hacerlo. También ha pedido un estudio de la concesión de medallas a víctimas que, según Peces-Barba, se ha hecho «de manera muy desigual», lo que ha «producido muchísimos agravios».

El comisionado reclamó además a Zapatero que el 11 de marzo sea declarado el «día de las víctimas en general» y que cualquier homenaje que se haga en adelante sea para «todas» las víctimas. Explicó que el Ayuntamiento de Madrid le aceptó ayer su sugerencia de que la placa que se colocará en el Retiro el próximo 11 de marzo rece «a todas las víctimas del terrorismo», con inclusión de la palabra «todas» no prevista originalmente

Informó de que está gestionando un refuerzo del tratamiento psicológico a las víctimas y la creación de tutorías permanentes para los estudiantes afectados por el terrorismo y de un Instituto de Estudios de Terrorismo en la Universidad Menéndez Pelayo.