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El presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, se mostró ayer partidario de que haya «cambios» en el uso de las lenguas cooficiales en el Congreso después de que el presidente de la Cámara Baja, Manuel Marín, pidiera al PSOE que aclarase su postura sobre este asunto.

Zapatero respondió así a las preguntas que le formularon los portavoces de ERC, Joan Puigcercós, y de PNV, Josu Erkoreka, que defienden, al igual que el resto de formaciones, salvo el PP, que se permita, al menos, un uso breve de las lenguas cooficiales. Marín decidió revocar esta regla debido a los incidentes protagonizados con ERC y acordó que sólo se empleara el castellano durante los debates parlamentarios.

Zapatero anunció en la sesión de control del Congreso que el deseo del Gobierno y del PSOE es que haya un «cambio de situación» que cuente con el «máximo consenso posible», aunque reclamó a todos los grupos, en especial a ERC, «flexibilidad» para hacer posible el reconocimiento del catalán, el euskera y el gallego.

«Las lenguas están para entenderse, no para dividir ni para confrontar», dijo el jefe del Ejecutivo, quien, no obstante, precisó que deben ser los grupos políticos los que concreten este acuerdo en la ponencia que debate el nuevo Reglamento de la Cámara Baja.

El presidente del Congreso se reafirmó ayer en su postura, aunque se mostró dispuesto a dar marcha atrás si la ponencia del Reglamento aprueba un texto en su reunión de hoy que serviría de base para dictar una resolución que regulase el régimen lingüístico.

Marín pidió sobre todo una aclaración al PSOE para que opte entre el apoyo al uso limitado de las lenguas cooficiales o el acuerdo firmado con el PP sobre la reforma del Reglamento que dejaría este asunto en manos del Senado por su condición de Cámara territorial.