El lehendakari en funciones, Juan José Ibarretxe, durante un desayuno con periodistas celebrado ayer, en el que comentó el resultado de las pasadas elecciones.

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OTR/PRESS-VITORIA/MADRID
El lehendakari en funciones, Juan José Ibarretxe, pretende arrancar la legislatura gobernando en minoría de nuevo con el tripartito (PNV, EA y Ezker Batua), consiguiendo apoyos puntuales de los demás partido, especialmente de Aralar. Esta es la apuesta también de los otros dos socios del Gobierno vasco. Y el Plan Ibarretxe sigue sobre la mesa, ya que el propio Ibarretxe lo definió como «una referencia» del debate que quiere abrir con todos los partidos vascos. El PSE estará a la espera de que Ibarretxe consiga o no los apoyos necesarios para gobernar. Si no lo hiciera, Patxi López podría postularse como candidato a lehendakari, aunque el PSOE acordó en la reunión de su Ejecutiva el pasado lunes que no entorpecería el proceso de formación del nuevo Gobierno, que corresponde encabezar al PNV como fuerza más votada.

La tercera vía es, por tanto, la más factible. Ibarretxe respaldó ese Gobierno en minoría porque «es el que representa al 44 por ciento de los votos de este país». «Yo tengo una confianza muy importante en este Gobierno y creo que ha demostrado fehacientemente que sabemos hacer las cosas», explicó. Más adelante, en cualquier caso, sí estaría abierto a pactar con el PSE o con el PCTV. Se le preguntó a Ibarretxe si pedirá a los comunistas abertzales una condena del terrorismo de ETA si decide gobernar con este partido. «La misma que le ha exigido el Gobierno de Zapatero para presentarse a las elecciones», sentenció.

Ibarretxe, en su primer análisis del panorama político después de la noche electoral, aseguró que hay tres posibilidades de Gobierno. La primera, pactar con el PSE. La segunda, hacerlo con el Partido Comunista de las Tierras Vascas. Y la tercera, continuar con el Gobierno tripartito, con EA y EB, y conseguir apoyos puntuales de «Aralar y el resto de partidos políticos», entre los que incluyó incluso al PP.

El dirigente nacionalista casi descartó las dos primeras posibilidades e insinuó una apuesta por la tercera. Dijo que para pactar con los socialistas o con la izquierda abertzale es necesario un acuerdo previo «para la normalización política, basado en el derecho del pueblo vasco a decidir su futuro en la necesidad de pactar que existe entre Euskadi y España para establecer el modelo de convivencia en el futuro y en que la violencia de ETA debe desaparecer». «Si no existe ese acuerdo, yo no veo la posibilidad de confeccionar acuerdos de gobierno», sentenció.