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El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, expresó ayer su voluntad de mantener una «buena relación, de diálogo y sinceridad» con el Vaticano, tras la elección del nuevo Papa, mientras que cardenales como Ricard María Carles consideró que la imagen de Ratzinger cambiará cuando se le conozca.

El cardenal y arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco, declaró que en el Colegio Cardenalicio que eligió el martes al Papa «no había ni mayorías ni minorías», y calificó de «experiencia espiritual de primer orden» haber participado en la elección del nuevo Pontífice.

Carles, junto a los cardenales Carlos Amigo y Antonio María Rouco, quienes han participado en el cónclave que eligió al nuevo Pontífice, destacaron y defendieron la figura de Benedicto XVI.

El cardenal Carles, arzobispo emérito de Barcelona, alabó la personalidad de Joseph Ratzinger y pronosticó que «a medida que la gente lo conozca, se borrará la imagen caricaturesca que han querido hacer de él».

El cardenal de Sevilla, Carlos Amigo, dijo que Benedicto XVI, a quien se refirió como un «reconciliador», va a ser una bendición para España, ya que la gran preocupación que tiene la Iglesia es la transmisión de la fe y contar con una persona de dimensión teológica, espiritual y humana como la de Ratzinger.

Zapatero reiteró su felicitación a Benedicto XVI y le deseó «el máximo de aciertos en su tarea», al tiempo que expresó su voluntad de diálogo con el Vaticano.

El Nuncio del Papa en España, Manuel Monteiro, dijo que el nuevo Papa está «sumamente preparado para la misión que el Señor le ha encomendado», y puso el acento en su formación teológica y filosófica, su conocimiento del mundo universitario y su experiencia en la curia vaticana.