Manuel Marín se dirige a los diputados, en la polémica sesión de ayer.

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La sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados vivió ayer una de sus jornadas más tensas. El presidente de la Cámara Baja, Manuel Marín, amenazó con suspender el pleno por el alboroto que se generó durante la confrontación dialéctica entre la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, y el portavoz del PP, Eduardo Zaplana. Marín llegó a llamar al orden hasta en dos ocasiones a uno de sus predecesores en la Presidencia de la Cámara, Federico Trillo, lo que provocó que Zaplana solicitara una cuestión de orden que Marín escuchó bastante crispado.

Una vez más, los murmullos, las protestas y los gritos de los diputados convirtieron la sesión de control en una dura prueba para Marín. El presidente del Congreso tuvo que detener el debate y llamar al orden en dos ocasiones a Federico Trillo. Tras la segunda, el ex ministro de Defensa y ex presidente del Congreso se levantó para pedir la palabra, pero Marín la rechazó con un tono enérgico. «Usted debería dar ejemplo. Señor Trillo, siéntese y respete a este presidente», dijo y amenazó incluso con suspender la sesión.

Zaplana también se levantó para pedir explicaciones, pero Marín lo impidió porque «en el turno de control no existen cuestiones de orden» hasta que la vicepresidenta pudo terminar de responder a la pregunta del propio portavoz popular. Después, Zaplana le dijo a Marín que es la segunda ocasión en la que llama al orden dos veces a un diputado popular sin que haya sucedido nada entre la primera y la segunda.

«Señorías, los debates los dirige el presidente», dijo, y advirtió que no le costaría trabajo «demostrar de una forma fehaciente cómo se molesta» y se impide el desarrollo normal del pleno». «No lo voy a hacer, porque me aburre desde un punto de vista político e intelectual», añadió el presidente de la Cámara, quien, antes de proseguir con la sesión, advirtió que estos incidentes «hacen daño al Parlamento».