Juan José Ibarretxe recibió ayer en la Lehendakaritza a Arnaldo Otegi (centro) y Pernando Barrena.

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La ilegalizada Batasuna planteó ayer al lehendakari en funciones, Juan José Ibarretxe, la apertura de un «proceso de paz», en una reunión que fue censurada por el Gobierno y el PP por considerar que va en contra del Estado de derecho. Los dirigentes de la formación abertzale Arnaldo Otegi y Pernando Barrena mantuvieron ayer con Ibarretxe una reunión de dos horas, después de que éste celebrase la semana pasada una ronda con todos los partidos que obtuvieron escaño en las pasadas elecciones y dos días antes de entrevistarse con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

Tras la reunión, el presidente de la ilegalizada Batasuna, Pernando Barrena, explicó que la propuesta de su formación es la apertura de un «proceso de paz sin exclusiones», incluyendo a Navarra y el País vasco-francés y a todas las ideologías. Consideró que en estos momentos existe una «oportunidad de oro» para abrir las condiciones políticas que posibiliten un proceso de paz que, en su opinión, debe sustentarse en la «no exclusión» ni territorial ni de ninguna fuerza política, así como en el reconocimiento al derecho de los ciudadanos vascos a ser consultados.

En este sentido, consideró que Navarra y las instituciones de esta comunidad deben tener «un protagonismo especial». Barrena explicó que en el encuentro pidieron a Ibarretxe que sea un «activo y juegue un papel importante» en la apertura de un proceso de paz y de un diálogo multipartito desde la responsabilidad institucional que tiene.

Pidió la apertura de contactos entre ETA y los gobiernos español y francés para «abordar las consecuencias lamentables del conflicto, en lo que se refiere a presos, desmilitarización y víctimas». El delegado del Gobierno en el País Vasco, Paulino Luesma, criticó la celebración de esta reunión porque, dijo, «choca con el más elemental respeto a las decisiones de los Tribunales y a los principios del Estado de derecho». Luesma lamentó que Ibarretxe haya «brindado hoy a la sociedad vasca una fotografía que es, como mínimo, difícilmente entendible», ya que «recibir a los portavoces de un partido ilegalizado no es compatible con el principio de legalidad».