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El presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga, defendió ayer la posibilidad de acogerse a la objeción de conciencia para los alcaldes y funcionarios que no quieran casar a homosexuales. En una entrevista con la Cadena Ser, Fraga respondió así al ser preguntado por si celebraría matrimonios de personas del mismo sexo, en el caso de que tuviera esa responsabilidad.

Fraga defendió la libertad de conciencia para que España no se convierta en un país totalitario y dijo que la objeción es un criterio aceptado en todos los países «liberales y democráticos». «Siempre habrá alguien en la corporación dispuesto a ejercer las funciones delegadas del alcalde», apuntó. El candidato del PP rebatió las críticas sobre los 82 años con los que concurrirá a los comicios del 19 de junio, al recordar que quienes utilizan esos argumentos no deben conocer a personas como Saramago, Francisco Ayala o Chavela Vargas, entre otros.

«La ley es la ley y uno puede objetar en conciencia y que sea otro el que la aplique», dijo Fraga, quien se mostró convencido de que «siempre habrá alguien dispuesto a hacer algo que yo creo que no es, en modo alguno, la solución». El jefe del Ejecutivo gallego relacionó los matrimonios gays con la crisis demográfica, al señalar que puede «agravar muy seriamente un problema que España ya tiene planteado», puesto que «pronto será el país más envejecido del mundo».

En cuanto al adelanto electoral, reiteró que éste respondió al clima de «crispación» existente en la sociedad que, a su juicio, se inició cuando el Gobierno central decidió suspender licitaciones ya programadas e incluso alguna ya concedida a empresas, con el argumento de que a última hora no estaban de acuerdo con el trazado.

«Nosotros teníamos un plan aprobado con todos los sacramentos y llega una ministra de Fomento y suspende licitaciones ... entenderá que la crispación no la hemos producidos nosotros», dijo el presidente gallego. Preguntado por si Alberto Núñez Feijóo será su sucesor, dijo que «el tiempo y el partido lo dirán».