TW
0

EFE-BRUSELAS/MADRID
El ministro español de Defensa, José Bono, señaló ayer que el Yak-42 en el que murieron 62 militares españoles en Turquía en 2003 «tenía suficientes fallos técnicos y una tripulación suficientemente poco adiestrada» como para que «no hubiéramos montado en él a nuestros hijos».

Bono dijo que «aquel accidente se produjo por una concurrencia de diversas causas» y señaló que además de la fatiga de los pilotos probablemente una de ellas es que hubo «ni más ni menos que hasta seis contrataciones distintas para encontrar un avión muy barato».

«Por eso, reiteró, mientras yo sea ministro no quiero que los militares españoles viajen en aviones en los que yo no subiría a mi hijo», añadió el ministro en unas declaraciones a la prensa tras reunirse con sus colegas de la Unión Europea en Bruselas.

Bono hizo estas declaraciones al ser preguntado por el resultado de la investigación del accidente ocurrido en Trabzon (Turquía) el 26 de mayo de 2003, que señala como causa fundamental la «extrema fatiga» de los pilotos, que llevaban más de 22 horas de actividad.

«Desde que soy ministro de Defensa me comprometí con los familiares a ayudarles en la búsqueda de la verdad, porque el mejor modo de honrar a los muertos no era enterrarles deprisa y corriendo para enterrar el problema sino decir a sus familias la verdad», subrayó Bono.