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Ante el tribunal de la Audiencia Nacional que juzga a la presunta célula española de Al Qaeda declaró ayer uno de los imputados en el sumario de los atentados del 11-M en Madrid, Jamal Zougam. En calidad de testigo, Zougam aseguró que su única relación con el supuesto líder de la célula española, Imad Eddin Barakat Yarkas, 'Abu Dahdah', era puramente comercial, ya que éste le vendía género para la tienda que regentaba.

Sobre su relación con 'Abu Dahdah', Zougam explicó que le conocía con este apelativo y que no supo su verdadero nombre y apellidos hasta que aquél fue detenido, en noviembre de 2001, y lo vio escrito en la prensa. Según dijo, inició con él una relación comercial meses antes de que lo detuvieran y explicó que era una persona conocida entre los comerciantes de Lavapiés. Además, indicó que jamás nadie le habló de ir a Afganistán a luchar como muyahidin, ni que nadie le intentó reclutar para ir a este país para hacer la yihad.

A pesar de que el presidente de la Sala le advirtió de que debía limitarse a contestar las preguntas, Zougam insistió en poner de manifiesto que «me tratan muy mal en la cárcel» y que cuando se lo ha hecho saber al juez que investiga el 11-M, Juan del Olmo, éste le ha respondido que es un hombre muy peligroso.

Zougam, nacido en Tánger (Marruecos) y residente en España tras la separación de sus padres, indicó que siempre ha trabajado donde ha podido, tanto en la construcción, como en restaurantes y últimamente en comercios. «Mi única preocupación es ayudar a mi familia con libros, ropa y comida», afirmó.

En cuanto al registro que efectuó la Policía en su casa en 2001, Zougam, dijo que sólo se llevaron unas 30 ó 40 cintas de vídeo de «películas o conciertos», pero ninguna con escenas de la yihad islámica. Según explicó, su relación telefónica con 'Abu Dahdah' era también simplemente comercial y que disponía de su número por si tenía que hacerle algún pedido de los productos que vendía, desde verduras a teteras de Siria. Según aseguró, 'Abu Dahdah' no era un vendedor habitual de su comercio, «venía siempre solo y a veces pasaba con el coche y nos preguntaba si queríamos algún producto». Cuando el fiscal le preguntó por una conversación que mantuvieron el 5 de septiembre de 2001, en la que Zougam le decía que había regresado de Marruecos de ver a 'Abu Mugen' y quedaron para verse al día siguiente, el testigo dijo que no recordaba haber hablado con 'Abu Dahdah' ese día y que no conocía a 'Abu Mugen'.