El Consejo de Ministros nombró ayer al diplomático Ignacio Rupérez
Rubio nuevo embajador español en Irak, después de casi quince años
sin que la legación española en Bagdad tuviera un máximo
representante con rango de embajador.
España retiró a su embajador en Bagdad en 1991, en línea con la
comunidad internacional, tras la invasión iraquí de Kuwait en
agosto de ese año. El Gobierno de Felipe González no llegó en ese
momento a romper relaciones diplomáticas con el régimen de Sadam
Husein.
Rupérez tiene 61 años, es licenciado en Derecho, periodista e
ingresó en 1980 en la Carrera Diplomática. Ha estado destinado en
las representaciones diplomáticas españolas de Egipto, Israel,
Cuba, Ucrania e Irak. Asimismo, fue Subdirector General de Asia
Continental, Jefe de Àrea de América del Norte y Asesor en el
Gabinete del Secretario de Estado de Asuntos Exteriores. Desde 2003
era vicepresidente del Comité Hispano-norteamericano.
La legación española mantuvo sólo personal local hasta febrero
de 1997, cuando España envió al propio Rupérez como encargado de
negocios con categoría de jefe de misión, cargo que ocupó hasta
mediados de 2000. En la actualidad, este puesto lo ocupaba Marcos
Vega.
De esta forma, el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero ha
elegido para este puesto a uno de sus diplomáticos con mejor
conocimiento de Irak. El ministro de Asuntos Exteriores y de
Cooperación, Miguel Àngel Moratinos, ya había anunciado el pasado
mes de abril el envío de un embajador a Bagdad tras su encuentro en
Washington con la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza
Rice.
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