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El ministro del Interior, José Antonio Alonso, respaldó ayer la actuación del director general de la Guardia Civil, Carlos Gómez Arruche, a raíz de la muerte de un detenido en el cuartel de Roquetas de Mar (Almería) y desveló que desde ese puesto se omitieron en un primer momento pruebas de lo sucedido.

Sobre la omisión de pruebas, el ministro explicó que el teniente imputado por estos hechos ocultó el uso de dos armas antirreglamentarias para reducir al agricultor Juan Martínez Galdeano, quien, según recordó, había acudido «por su propio pie» al cuartel para denunciar unos incidentes de tráfico.

Así lo expuso Alonso en su comparecencia ante la comisión de Interior del Congreso, en la que insistió en que su ministerio tendrá «tolerancia cero» frente a cualquier irregularidad que vulnere los derechos de los ciudadanos.

Alonso dio al principio las «más profundas condolencias» a la familia del detenido y mostró su apoyo a la Guardia Civil y defendió con contundencia la actuación de Gómez Arruche. Aseguró que el director general de la Guardia Civil «hizo en cada momento lo que tenía que hacer», aunque admitió que sus declaraciones tras el suceso pudieron ser «desafortunadas».

Además, desveló que las informaciones recogidas por los agentes de la Comandancia de Almería, a partir de los datos suministrados por el puesto de Roquetas, apuntaban a que las cintas del circuito de televisión no recogieron ningún hecho relevante de lo sucedido pues, según se les indicó en el cuartel, los momentos en que fue reducido el detenido «quedaban en una zona oculta para la grabación».

Sin embargo, a las 00.05 horas del 26 de julio, el teniente coronel jefe de la Comandancia de Almería remitió un informe de urgencia, con fecha del día anterior, a la Subdirección General de Operaciones de la Guardia Civil en Madrid que desmentía esos primeros datos.