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El gobierno tripartito catalán considera que la nueva propuesta de financiación planteada ayer por CiU ha abierto la puerta a la posibilidad de un pacto, pese a reconocer que la misma contiene «elementos de muy difícil encaje» respecto al modelo que defiende el ejecutivo de Pasqual Maragall.

El presidente de CiU, Artur Mas, presentó ayer su nueva y «definitiva» propuesta sobre financiación, que incorpora algunas ideas que plantea el tripartito catalán, así como conceptos incluidos en el Estatut vigente desde 1979, para evitar que pueda ser tachada de inconstitucional.

Mas explicó que la propuesta está aún «inspirada» en el concierto económico solidario, de manera que la Generalitat recaudaría y administraría los impuestos que pagan los catalanes y pactaría bilateralmente con el Estado una «cuota de retorno».

Esta «cuota de retorno» incluiría el pago de servicios estatales prestados en Catalunya y una cantidad en concepto de solidaridad interterritorial que, en un primer momento, se calcularía teniendo en cuenta el esfuerzo fiscal y la población de Catalunya.

El conseller primer de la Generalitat, Josep Bargalló, dijo que esta propuesta contiene «elementos de muy difícil encaje» respecto al modelo que plantea el tripartito y ha dicho que, aunque esto hará «difícil» la negociación, «se abre la puerta» a la posibilidad de un pacto. Bargalló hizo esta valoración, «sin fisuras en nombre del gobierno catalán y de las fuerzas que le dan apoyo», a una propuesta de financiación de CiU, en la que ve «elementos que son fácilmente encajables» en el modelo del tripartito.

«Se abre un proceso negociador que será duro, que será más difícil que fácil», ha señalado Bargalló, quien ha coincidido con el portavoz del gobierno catalán, Joaquim Nadal, en que la negociación sobre financiación puede alargarse hasta el día del pleno parlamentario de votación del Estatut, a finales de este mes.