«Ningún inmigrante entre los centenares de clandestinos que residen
ilegalmente en Marruecos ha sido soltado en el desierto ni
abandonado a su suerte en las fronteras sur del reino, como algunos
tratan de hacer creer a golpe de mentiras redactadas en lágrimas de
cocodrilo», señalaron.
Las informaciones que denuncian el abandono de un grupo de
inmigrantes irregulares subsaharianos en el desierto por las
fuerzas de seguridad de Marruecos son «un montaje grosero de una
bajeza repugnante», afirmaron ayer, en cambio, fuentes
«responsables» marroquíes que cita la agencia oficial MAP.
Estas fuentes subrayaron que si hay inmigrantes en el desierto
del Sahara Occidental más allá del muro defensivo construido por el
Ejército marroquí durante la guerra con el Frente Polisario, que
terminó en 1991, no puede tratarse más que de «nuevos candidatos
declarados a la inmigración clandestina».
Añadieron que «las reglas elementales del derecho humanitario»
no permiten tales medidas, y «menos aún la voluntad real de
Marruecos», y consideraron que quienes aprovechan este «drama
humano» para «bailar sus danzas macabras» han dado el paso de
acusar a la víctima, «en este caso Marruecos», de ser el verdugo.
Se preguntaron a continuación por qué la Misión de las Naciones
Unidas para el Referéndum del Sahara Occidental (MINURSO),
encargada de supervisar el alto el fuego de Marruecos y el
movimiento independentista saharaui Frente Polisario, «ha sido
embarcada en este juego que consiste en buscar un gato negro en una
habitación oscura».
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