Carod, Puigcercós, Benach y Bargalló, durante el acto de presentación de la campaña de ERC sobre el Estatut.

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EFE/EUROPA PRESS-MADRID
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, mantuvo ayer una «comida de trabajo» con el líder de ERC, Josep Lluís Carod Rovira, el portavoz parlamentario de esta formación, Joan Puigcercós, el del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el primer secretario del PSC y ministro de Industria, José Montilla, para hablar del Estatut catalán, informaron fuentes gubernamentales.

La pasada semana, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la vicepresidenta primera del Gobierno aseguró que el objetivo del Ejecutivo era llegar a un acuerdo con los grupos políticos que habían aprobado el Estatut y que tenían que ser ellos «los primeros, por respeto institucional» en conocer «las fórmulas» que barajaba para el texto el Ejecutivo «por parte directa del Gobierno».

Según las citadas fuentes, tras este almuerzo se «dan por abiertas las negociaciones con ERC y otros grupos políticos» para la modificación, en el procedimiento puesto en marcha por el Congreso de los Diputados, del Proyecto de Reforma del Estatuto de Autonomía de Catalunya.

Según indicaron fuentes socialistas, el encuentro duró dos horas. Las fuentes del Gobierno consultadas precisaron que, de manera oficial, el presidente del Gobierno no tiene previsto mantener nuevas reuniones con representantes de otras fuerzas políticas este fin de semana.

En las intervenciones de los últimos días, Zapatero ha ido desgranando los aspectos del proyecto que, a su entender necesitarán enmiendas. Entre ellos ha citado el concepto de nación, para el que dijo barajar hasta ocho fórmulas y con el criterio de compatibilizar el sentimiento de los catalanes con el artículo 2 de la Constitución.

Otro de los aspectos al que, públicamente, ha puesto pegas el presidente del Gobierno ha sido el sistema de financiación que recoge el proyecto estatutario. Zapatero también ha remarcado que el Estatuto tendrá que ser modificado para evitar que se rompa la caja única de la Seguridad Social. Al Gobierno tampoco le gusta el excesivo intervencionismo en la economía.