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Después de resultar reelegido ayer con un apoyo histórico, el 96,7 por ciento, el flamante secretario general del PSE, Patxi López, vio ayer como la comisión ejecutiva que propuso logró el respaldo del 91,33 por ciento de los votos emitidos en el V Congreso Federal del partido.

Al frente de la Presidencia se mantendrá Jesús Egiguren, la Secretaría de Coordinación de Areas y Organización será ocupada por Rodolfo Ares, y Javier Rojo se encargará de la de Política Institucional. El PSE de Alava no sólo ha logrado colocar en la Ejecutiva al actual presidente del Senado, sino que ha elevado de dos a cinco los integrantes en este órgano del partido.

La nueva dirección de los socialistas vascos mantiene el «núcleo duro» de la anterior Ejecutiva e incorpora a figuras relevantes como el presidente del Senado, Javier Rojo, José Antonio Pastor o Jesús Buen. En su discurso ante el más de medio centenar de delegados, López aprovechó para asegurar que si «trabajan bien» el próximo Congreso socialista se celebrará en paz y lo presidirá un lehendakari.

En su discurso de clausura ante el más de medio millar de delegados socialistas, el reelegido secretario general se mostró muy satisfecho respecto del desarrollo de la cita y señaló que con este Congreso el PSE «ha roto ataduras con el pasado», por lo que aseguró que si los socialistas «trabajan bien» la próxima cita congresual será presidida «por un lehendakari» socialista. «Si trabajamos bien os aseguro que celebraremos nuestro próximo Congreso, no sólo en paz, sino con un Gobierno de cambio presidido por un lehendakari socialista», sentenció.

Respecto a la existencia de «salidas al laberinto vasco», López señaló que «pasan por la vía del acuerdo» y garantizó que el PSE trabajará «en defensa de lo que une», del «pluralismo entre vascos» y de «una paz sin peajes». Además quiso lanzar un mensaje al PNV y afirmó que si «alguien pretende aplicar arreglos cosméticos» para «perpetuarse en el poder, puede ir olvidándose de nosotros. A eso no jugamos».

El líder del PSE se comprometió ante los suyos a hacer una oposición «firme pero dialogante, seria y rigurosa» que «controle el Gobierno y le critique a fondo» y recordó que su partido sólo aceptará «adhesiones amplias». López también tuvo tiempo de responder a las críticas que el Congreso socialista ha suscitado entre las diferentes formaciones.